La Buchona Gaditana Jerezana

La Buchona Gaditana-Jerezana

Quiero contarles a mis buenos amigos colombicultores de toda España, la maravillosa experiencia vivida con motivo de mi visita a la provincia de Cádiz. Me habían hablado muchos amigos de que en la Isla de San Fernando existe un colombicultor ante el que hay que descubrirse, dada su sabiduría y forma de proceder como buen aficionado. Yo tenía muchas ganas de conocer a este señor, y en dias pasados tuve la ocasión de hacerlo. ¡Señores!; tengo que decirles que es una pena que no existan muchos aficionados a lo largo de toda España de la calidad de don Manuel Salado. Es, don Manuel de ¡tanta vivencia colombicultora!, que por todos los poros de su cuerpo rezuma calidad colombófila, A pesar de sus años, su vitalidad es la de un chaval. A su casa acuden aficionados de todas partes para consultarle y pedirle consejos relacionados con la afición que él practica desde hace más de sesenta años. Su abuelo era colombicultor y su padre también. Hablando con don Manuel, me decía que la variedad de paloma que él cultiva, es la misma que cultivaron su padre y su abuelo; ésta es la «Buchona Gaditana-Jerezana». Le pedí que me dijera, según su criterio, los orígenes de esta variedad de paloma, y me explicó que la «Buchona Gaditana-Jerezana», es el fruto de distintos cruces efectuados con las variedades: «buchona» francesa, «gorguera», «coliteja» y «rifeña», y que por selección a lo largo de más de doscientos años se había obtenido la actual «Buchona Gaditana-Jerezana».

 

Si examinamos a los ejemplares en la mano y durante su vuelo, tenemos que dar la razón a don Manuel; pues nos encontrarnos con palomos, que por su influencia del «rifeño», presentan la cara más corta de lo habitual; el pico también es más corto y observaremos en muchos ejemplares, que poseen tres pequeñas verrugas alrededor del pico inferior. También podremos ver animales que poseen once plumas de vuelo en uno de sus brazos o en ambos, cualidad muy particular de la raza «gorguera». Si vemos a estos palomos volar, unos marcan más que otros la influencia de la sangre «marchenera» o «coliteja». Por lo general la variedad «Buchona Gaditana-Jerezana» está muy uniformada en su fenotipo, y hay que fijarse mucho a la hora de observar a estos animales para verles las cualidades que antes he apuntado. Me dice don Manuel, que el «buchón» que tienen en San Fernando, es de buche menos voluminoso que el que poseen en otras zonas, (Puerto Real y Cádiz), y que también estos ejemplares de San Fernando vuelan con la cola más en forma llana que «coliteja». El, reconoce, que los ejemplares de Cádiz y Puerto Real son de más belleza en su vuelo, pues presentan un buche muy voluminoso, y su forma de volar recuerda más la del «coliteja». También, me cuenta, que él prefiere al animal más recortado de cuerpo y buche, porque es de vuelo más largo y a la hora del juego del «hembreo» da más resultado que el palomo de buche voluminoso.

 

Don Manuel practica la afición e induce a todos sus alumnos y partidarios a que lo hagan como él, y para ello se basa en unas ordenanzas que tienen una vigencia de más de dos siglos. Se titulan estas ordenanzas como sigue: «Ordenanzas que se han de guardar en la diversión de Palomos Laudinos, llamados vulgarmente Ladrones». Presentadas por sus aficionados al Rey Ntro. Sr. Fernando VI y aprobada por su Real Chancillería de Granada en 25 de mayo de 1759″. Constan las referidas «Ordenanzas» de veintiún artículos y en ellos se dictan las normas de cómo se debe practicar la afición del «hembreo» en el palomo. Le comento, a don Manuel, que he podido leer en un trabajo de Don Cesar Díez Crespo, titulado «La paloma deportiva», publicado en la Colección Temas Españoles con el número 362 (Madrid, 1958). En su página 19, el mencionado autor nos dice: «Que, según un informe técnico, se dice entre otras cosas, que, bajo el punto de vista técnico, esencial o científico, conviene afirmar que las palomas «buchonas» no existen en España; quedaron totalmente extinguidas hace más de veinte años. La desaparición de éstas obedece o responde al resultado de un proceso de transformación llevado a cabo por organizaciones deportivas, ininterrumpidamente, por espacio de más de treinta años, para crear con la paloma buchona, la actual paloma deportiva».

 

Yo, a dúo con don Manuel y a coro con todos los aficionados que practicamos la colombicultura en las variedades de «buchonas», pidiéndole perdón a quien confeccionara ese informe técnico, tenemos que decirle que ¡no! compartimos su opinión; pues ¡no! es cierto que las palomas buchonas estén extinguidas. ¡Sí es cierto que han tratado en la zona de Levante de exterminarlas!, por ciertas conveniencias… Pero ¡sepan estos señores técnicos!, y tengan en cuenta, que, por estas tierras del Sur, todavía contamos con miles de palomas buchonas en las variedades de: «Buchona Colillana», «Buchona Marchenera o Coliteja», «Buchona Gaditana-Jerezana», «Buchona Laudina Sevillana», «Buchona Rifeña o Rafeña», y también hay más buchonas en Jaén, Córdoba, Granada y hasta en Canarias… A nosotros ¡no! se nos han extinguido nuestras buchonas; pues al ser un legado de nuestros antepasados hemos tratado por todos los medios de conservarlas a pesar de las trabas que se nos ponen, para que las generaciones, venideras sigan cultivándolas y de este modo, podamos equiparamos algún día, con las grandes potencias colombicultoras de: Francia, Inglaterra, Alemania, etc., que con tanto orgullo exhiben los frutos de sus propias cosechas. Me despido de don Manuel Salado dándole las gracias por su magisterio y alentándole para que no desfallezca y siga en su línea de ¡extraordinario colombicultor!.  / Sevilla, febrero de 1977 / R.A.R.8

Articulo cedido en vida por D. Rafael Yuste (Q.E.P.D.) a la Palomeria.

*- VEAMOS UN VIDEO BUCHÓN GADITANO – JEREZANO:

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