Al palomo de Clase:
Y te vi en el cielo, quedé perplejo al observar tu cola y cuello, no sé si eras un ave, un barco, un velero, pero tu silueta altanera me hizo pensar que estaba en un sueño. Bajaste, como baja una gota del cielo, sutil, rápido, preciso con fuerza y certero. Pasó el tiempo y pude tenerte, tan arrogante y elegante que nunca pensé que un animal pudiera tener tanto arte. Tus ojos de fuego se clavaban en mi cuando te acercabas deseoso de picar mi mano. Plumas de seda, cuello de cisne, pecho de acero. Y descubrí que te llamaban clase. Sabia persona la que te puso ese nombre, pues derrochas señorío tanto en el suelo como en el cielo. Desde entonces eres poesía en mis días y por la noche mi desvelo, porque sueño con verte llegar mostrándome tu poderoso vuelo. En tu andar triunfador se intuyen las múltiples batallas que has ganado en el aire. Y es que clase tienes en el suelo así como en el cielo, porque sabes destacar entre un millón y con un millón no puede pagarse lo que me haces sentir.
Autor y colaborador: José Rodríguez.
*- VEAMOS UN VIDEO SOBRE PALOMOS DE CLASE