Lolo “El Bizco» in memorian

LOLO “EL BIZCO» IN MEMORIAN

Como muchos niños palomeros de la época que me tocó vivir, mis inicios en esto de los palomos transcurren en un barrio humilde del Puerto de Santa María en Cádiz. En esos días no éramos pocos los jovencitos que corríamos a casa después de salir del colegio a soltar nuestras palomas y a batirnos en mas o menos honesta contienda con los habituales hembreos y ensueltas. Además de nosotros, en el barrio siempre teníamos como referentes a los aficionados mayores que formaban parte del selecto grupo de palomeros de prestigio y consideración que otrorgan los años y la experiencia. También recuerdo con cierta nostalgia esos viernes por la tarde-noche en que íbamos al Club, (La Portuense), a absorber todo el conocimiento del que fuesemos capaces en las tertulias sobre palomos que habitualmente sostenian los aficionados mas mayores y que aderezábamos unos y otros con alguna que otra partida al futbolín que presidía el salón del local. Entre los aficionados habituales de estas reuniones sociales, había uno que destacaba sobremanera no ya por su innegable sapiencia palomera, sino que además se revestía de una personalidad única y peculiar, un palomero de solera de esos que cada vez que hablaba, nosotros, los niños, quedábamos abducidos por cuanto contaba de los lances de sus palomas y de lo importante que para él era un buen palomo ladrón, un palomo que fuese capaz de recorrer todo el Puerto en busca de palomas y que fuese lo mas astuto posible a la hora de no dejarse atrapar en las innumerables trampas que por entonces coronaban cualquier pollete palomero aguardando una posible presa.

Con camiseta de tirantas mostrando su torso musculado de trabajador y con botellín de cruzcampo en mano, no perdía ocasión en pregonar a los cuatro vientos que, en cuestión de palomas, él era el “NUMBER ONE”, como le escuché en infinitas ocasiones. El bizco, era, pues hace ya unos años que nos dejó, uno de esos palomeros que quedan en la retina de la afición y sus palomos, como no podía ser de otro modo, eran especiales, como él. Manuel Delgado Cosano, que así se llamaba, volaba sus palomos en una finca de propiedad ajena en las proximidades de la carretera de Sanlúcar y al estar situado en el extrarradio de la ciudad, sus palomas, necesariamente habían de trasladarse en sus lances hasta lugares mas céntricos donde existía mayor cantidad de palomas.

Como no era “El Bizco” alguien discreto, la pintura de sus palomos, tampoco lo era. Dos grandes puntos verdes, uno a cada ala, adornaban los palomos de Manuel y un sobresalto entre angustia y emoción nos embargaba a los mas niños cuando en la distancia veíamos acercarse a nuestro barrio uno de sus azules para postear en alguna atalaya e intentar seducir cualquiera de las palomas que en ese momento aparecían como por arte de magia. Atrapar un palomo del bizco, era una cosa como por un lado “alta traición” y por otro “toda una gloria”, aducuciendo al simil futbolistico, sería como si el equipo de tu barrio le ganase al Real Madrid o al BarÇa.

No era Manuel un palomero que se dejase cautivar por la estética sin más, si un palomo no hacía gala de unas excepcionales dotes de conquista y desplazamiento, no era digno de correr suelta en su palomar. Las modas con respecto a la belleza no iban con él y sus pájaros, aunque no muy adornados de esa cualidad, hacían gala de una clase y belleza natural sin estridencias que por bemoles te cautibaban al verlos trasponer de un lado a otro del Puerto. Ya hace muchos años que no oteo en el horizonte esos azules de puntos verdes, nostalgia de mi niñez e historia de nuestras palomas que por temor a que queden en el olvido eclipsadas por modas imperantes y egos desmedidos nos hagan pensar de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Es cierto que uno, tiende a idealizar todo cuanto vivió de niño o jóven y que como se suele decir.- “Todo tiempo pasado fué mejor” en la mente de los viejos… pero, créanme que los palomos de “el Bizco”, no tienen parangón, al menos en la mente de este niño ya grande que soy ahora y que no puede dejar que el olvido entierre la historia de este gran aficionado que fué a las palomas y que tuve la suerte de conocer en toda su extensión. En mi nombre y en el de todos esos niños que soñaban con puntos verdes… GRACIAS LOLO!!

Joaquín Cordero Ramos. Enero de 2020

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Un comentario sobre «Lolo “El Bizco» in memorian»

  1. pues ahy se menciona los años 40 al parecer este detalle es el que hay que tener en cuenta a la hora de hablar de los palomos que habian por esta zona osea nada de clase ni nada de deportivo jerezanos que son terminos mucho mas nuevos que de esos provengan con infinidad de cruces pues claro que debe de ser asi pero nunca llamarlos clases en absoluto esos eran llamados los alicantinos o los palomos rateros seleccionados criados y preparados para ese cometido osea encerrar hembras de cualquier otro palomar zuritas o lo que fuese que el animal pudiese acarrear a su palomar en el momento que esto se entienda se comprendera mejor las cosas no ese tipo de comentarios que estan escritos sin firma algunos y otros con firma diciendo que eran clases esos palomos en absoluto lo son pero aun se pudria buscar mas en tiempos anteriores a esos segurisimo ya que esta zona ha sido siempre un referente en cuestion de palomos y aficion asi que tenemos bastante historia real sobre palomos en esta zona y sobre todo que no se olvide que aqui lo que ha exisitdo es la aficion a la ensuerta y al hembreo no a un palomito de fantasia como el que hoy dia anda por todo el controno habiendose perdido casi en su totalidad estas dos grandes aficiones por las cuales esta zona deberia tener su merito no por las morfolojias ni por la belleza ni por el vuelo simple y llanamente por el buen hacer del palomo que se ha criado aqui durante muchas decadas

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