*- Hemeroteca 2008. Sobre los Palomos Ladrones.
En su origen el palomo ladrón era funcional pues se seleccionaron en tiempos de necesidad para atraer palomas ajenas a los palomares de unos monjes que las capturaban para llenar sus calderos y que invirtieron su ingenio y esfuerzo en seleccionar y mejorar las aptitudes y actitudes galanteadoras de estos animales. De hecho, realmente se les debiera llamar «palomos galanteadores» como proponen los antiguos puesto que el ladrón, es el palomero. En este caso dos virtudes que debe tener un buen palomo ladrón son, un fuerte celo que se manifieste con galanteo y una territorialidad también fuerte, llamada dureza puesto que un palomo deseoso de sexo puede terminar en un palomar ajeno en busca de hembras o «hembreo», por lo que es importante que el palomo combine perfectamente ambas virtudes. La técnica base es dejar a los palomos «viudos» o sin hembras para que vayan a buscar hembras deseosas de un buen galán, en este caso cualquier bravía rompiendo celo, soltera, viuda o perdida puede caer en el cajón de nuestro palomo. Para ello deberá trabajarla tanto en el aire como en el tejado. En el aire el palomo ha de llegarla y seducirla en vuelo y observar el efecto de su conquista para variar, exagerar o re cazar a la paloma. En el tejado el palomo tiene que ganarse la confianza de la paloma para entrar en un sitio extraño y ajeno, para ello el palomo no parará de saltar de un sitio llamativo al cajón una y otra vez para conseguir su conquista con alternancia de profundos y llamativos arrullos. También se puede realizar el «hembreo» que viene a ser lo mismo solo que en vez de hacerlo con machos se hace con hembras, algo más difícil pues son más blandas y si nos descuidamos terminarán en palomar ajeno. Para que coja querencia al palomar, entorno y cajón, se emparejará al macho con una hembra, que preferiblemente sea de ese palomar, tras 8 días la hembra pondrá su primer huevo y tras un un día de descanso, el segundo, hay quien cuando llevan un par de días de incubación los suelta, la precipitación puede ser nuestra enemiga, todo depende del carácter del palomo, la vista o reconocimiento que el palomo tenga desde el cajón y la facilidad que el palomo tenga para volver a su casa. De no disponer de palomos o palomas voladas en el palomar, lo ideal es esperar a que estén bien afianzados y cruzar los dedos.
La vista desde el cajón es importante, cuando el palomo eche a volar tomará las referencias que reconozca para su vuelta y cuantas más tenga, más fácil le será hacerlo, de ese modo siempre le será más fácil volver al palomo que está en el edificio más alto de la población y con unas vistas desde su cajón de 270º que al que está en un patio entre edificios altos y frente a una pared, puesto que cuando este palomo esté en vuelo o se pose en un tejado de los altos edificios colindantes no encontrará sus referencias. Para entenderlo, pongámonos en su lugar, si nos dejan asomarnos desde un edificio podremos tener ciertas vistas o tener vista a un patio interior, si nos sacan de ese edificio y nos muestran varios, no sabremos cual es en el que hemos estado puesto que no conocemos su aspecto exterior, pero si podremos ir discriminando por las referencias que desde el hayamos tomado si son visibles desde donde estemos, igualmente nos será imposible llegar a él si nos ponen frente a el por la parte trasera, puesto que de las referencias que desde ahí se ven no reconocemos ninguna, por eso es importante la amplitud de visión del palomo desde el cajón. Los cajones que de verdad son de robo, utilizan donde el suelo de la jaula una balanza calibrada de forma tal que cuando entra una segunda paloma en el cajón (la presa) libera la puerta que es de forma de guillotina y queda cerrada junto con su conquistador. Los palomares altos siempre dan más éxito que los bajos, al palomo ladrón le gusta dominar el territorio poniéndose en los tejados más altos y las palomas confían mejor en posarse y entrar en palomares altos que descender a patios. Los palomeros tradicionales hablan o presumen de los palomos que no se posan en «tejado ajeno» para mi gusto, son chorradas, los palomos no saben de «escrituras» y si el tejado rojo es tuyo también o no, buscan simplemente efectividad y buenos sitios para desempeñar el papel, sea la casa de enfrente de tu propiedad, de alquiler o esté abandonada, otra cosa es que se vayan a posar a palomares de otros o sus inmediaciones con signos de «blandeza» esos, al puchero o de escape. Una vez tengamos una pareja volada todo es más fácil, si traemos una nueva pareja emparejaremos de forma cruzada, es decir, uno de los miembros de la pareja volada con uno de los nuevos. Cuando volemos un palomo nuevo intentaremos tener un pequeño grupo suelto para que, hagan de guías y faciliten su vuelta aprovechando la naturaleza gregaria de las palomas, pues al ser un palomo «extraño» para nuestros palomos, intentarán «cazarlo». Los cajones no deben de ser ni demasiado luminosos ni estar abierto todos los días para que los palomos no pierdan celo, estando encerrados les enseñaremos hembras e incluso las meteremos unos segundos en el cajón para estimularlos o incluso la dejaremos suelta mientras ellos no lo están para que todos quieran llamarla desde su cajón y fortalezcan sus vínculos territoriales, es decir, para que se pongan como motos.
Respecto a las razas, mis opiniones en igualdad de calidad de selección son estas tres: Clase Gaditano – Buchón Gorguero – Buchón Jienense. La primera no es realmente un buchón puesto que no tiene un buche aumentado, pero es quizás la paloma de mayor vuelo y más elegante, la pega de esta raza es que su celo es tan exagerado que si los dejamos mucho tiempo sueltos los perderemos al ser algo «blandos». Las siguientes razas, son para mí las más completas pues además de excelentes ladrones, su vuelo es bellísimo y además son preciosos en parado, cajón o mano, cosa que no lo es el Gaditano quien compensa su «falta de cajón» con unos lances espectaculares, tenacidad y bravura. Estas razas están en continua evolución y cada palomero cría «a su gusto» lo que hace que podamos ver dos palomares de la misma raza que parezcan diferentes. Espero que con esto haya quien se anime al mundo de la colombicultura, yo hace casi 9 años que me hice con mis primeros palomos con la intención de que me facilitaran escapes puesto que iba a haber adquirido un halcón entonces, cosa que no pude hacer, pero me lie y me lie con los palomos, los concursos, los primeros puestos… y como que te enganchas, y la verdad que ver un palomo o grupo de palomos como se lo curran para engañar a la perdida y los nervios con los que esperas la entrada de la paloma forastera en el cajón del palomo mientras aguardas con un cordel que cerrará la trampilla… que si, que no… que se posa en la entrada, que se lo piensa, que de nuevo se sube al tejado… y mientras el palomo «venga… y venga… y venga…» y por fin, seducida por los encantos de tu palomo, entra tiras del cordel y emocionado vas a recoger tu trofeo y le das cuatro achuchones a tu palomo por lo bien que te lo ha hecho pasar. Yo le veo la similitud de la perdiz con reclamo, donde un ejemplar desbordado de celo intenta atraer a sus congéneres, solo que aquí sale de su jaula, se lo curra con todos sus encantos en todo tipo de terreno y además tiene que conseguir que entre en sus aposentos, una modalidad bellísima que además a nosotros nos aporta un gran beneficio. Espero que os haya gustado esta introducción al mundo de los palomos buchones, si algo no lo he explicado bien, no se entiende o surgieran dudas, nada más que preguntadlas, que estaré encantado de contestarlas si me veo en posibilidad de hacerlo. Saludos.
alkarreño 2008 ref.- lacañizola
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