Refinar o mejorar

*- Hemeroteca 1979 / REFINAR

.- Empezaré diciendo que, en el campo de la colombicultura, una vez que cree uno conocerla, no tenemos mucho nuevo de qué hablar, pero si esta afición le llena a uno verdaderamente, no cesa de buscar algo nuevo con el fin de mejorarla, o, en otras palabras, de intentar perfeccionar las razas que más lo apasionan a uno. Por lo tanto, si esta idea la exponemos al criterio de los demás aficionados y entendidos en la materia, en casi todas las ocasiones le llegan a uno sugerencias más o menos convincentes con respecto al tema, y, como dice el refrán, donde menos te piensas, salta la liebre. Pues bien, vayamos al grano; la idea, en parte con alguna experiencia, la voy a centrar en esa raza tan maravillosa que creo conocer que es el palomo MURCIANO, que, si hoy no está extinguido, ha sido porque algunos aficionados se han preocupado de que eso no ocurriera, y no lo digo con intención de alabanza hacia mí, porque tengo la duda de que los ejemplares que poseo no sean puros. Expertos en la materia los han visto y me han dicho que están muy refinados. pero no son legítimos. Esta raza al igual que otras, se puede refinar. Supongo la pregunta que muchos de vosotros os vais a hacer: ¿Si ese señor no dispone de pura raza cómo quiere sacarlos puros? Citemos un ejemplo: si disponemos de una hembra pura raza y la emparejamos con una macho mitad o bien encastado, pero que la parte integrante sea portadora de la especie deseada, no cabe duda que los descendientes que obtenemos traen ya tres partes deseadas y una no, o negativa.

 

Y si observamos que estos pichones que acabamos de sacar traen brío, planta y postura, podemos reencastar el macho nuevamente con la propia madre y entonces la siguiente generación vienen ya con siete partes deseada y sólo una parte negativa; pero es entonces cuando puede ocurrir el factor sorpresa, que si este último emparejamiento que hemos hecho de hijo con su propia madre sale positivo, no sólo podemos decir que ya son puros, sino que tendremos unos palomos como ya he citado antes: con brío, planta, aparte de que pueda acompañarle el plumaje, naturalmente. Si por el contrario esto fuese a la inversa, que carecieran de esas virtudes, es debido, sin duda alguna, a que el cruce familiar no es el más adecuado y entonces tendríamos que buscar nueva sangre, aunque basándonos naturalmente en la misma raza a refinar. Por eso pienso que es una verdadera lástima que a raza como ésta y otras no le prestemos la atención que se merecen, porque, según tengo entendido, distintas razas que existieron, existen y existirán, fueron creadas gracias al constante esfuerzo del hombre. Todos sabemos que constantemente se está creando más, prueba de ello la que estamos viendo en las que está publicando la revista Palomos Deportivos. Naturalmente si los standard presentados reúnen las condiciones necesarias como para ser declarado raza, y por esta razón pienso que el standard MURCIANO, JORGERO u otros, como pudiera ser el palomo conocido en Sevilla. «Cama», «Bellavista», «Torre Blanca» y en particular en Morón, que lo bautizamos con el nombre de «CELO», que de este pienso hablar en otra ocasión, debieran ser presentados en breve a la F.E.D.C. para que ella dictamine si verdaderamente son dignos de tenerse en cuenta.

M. Fernández (Morón) PD/1979

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