.- UNA AFICION POCO DIFUNDIDA
Existen varias razas de palomas, que lamentablemente ningún autor de libros dedicados a la materia cita en sus obras. Estas razas de palomas han sido formadas por los aficionados mediante cruzamientos y selección para conseguir ciertas características morfológicas y estéticas; no me estoy refiriendo a las razas de fantasía, que ésas sí que están perfectamente definidas y tratadas a fondo en publicaciones españolas y extranjeras. tampoco se trata de la paloma deportiva, la cual también está perfectamente difundida y organizada.
En la mayor parte de Andalucía, y de forma especial en Sevilla, es donde más se practica la afición por estas razas de palomas, que de una forma muy superficial quiero enumerar. A estas palomas, generalmente, se les suele dar el nombre de su lugar de origen, éstas son: «Jerezano» (Jerez de la Frontera), «Marchenero» (Marchena). «Rifeño.’ (Rif), «Valenciano» (Valencia) y «Murciano» (Murcia).
También existe en Sevilla y su provincia gran afición por un palomo al que los aficionados denominan «Colillano, por volar este animal con la cola llana; este último se ha conseguido mediante cruces y recruces con palomos qorgueros, murcianos y marcheneros o colitejos. Como al principio decía, de estas palomas ningún autor se ha ocupado tal vez por desconocerlas o por querer ignorarlas. También es verdad que los propios aficionados que las cultivan, tampoco han hecho nada por darlas a conocer, unas veces por falta de medios y otras por un poco de pereza.
La afición por estos palomos es muy antigua, bien es verdad que no se cuenta con fuentes escritas en las que se nos diga su verdadero origen. Ahora bien, si tenemos la tradición oral de los aficionados mayores que se han ocupado en lo posible de transmitir su afición a las nuevas generaciones. Cada aficionado cultiva la raza de su preferencia; unos lo hacen por recrearse en las formas o posturas que el animal adopta durante el vuelo. Otros seleccionan unas características determinadas, como, por ejemplo: la configuración de la cabeza, el color del plumaje, el trapío del animal, etc.
Por otro lado, existen los aficionados que, además de las características anotadas, tratan de que el animal posea otras cualidades; tales como las de que sea seductor con la hembra para que la conquiste con gracia y arrogancia, cautivándola con los movimientos gráciles y forma de arrullar, pero sin picarla ni atosigarla en ningún momento y de esta forma, volar pegado a ella hasta que consiga atraerla a su nido.
Los aficionados denominan a estos ejemplares con el nombre de «Valenciano» por ser Valencia su lugar de origen, pero del primitivo «Valenciano Laudino» al que hoy tenemos, existen marcadas diferencias que el aficionado ha logrado introducirle al animal, por hacer con él muchos cruces para mejorar las cualidades que de antemano pretendía. Es una pena que los aficionados no nos pongamos de acuerdo para implantar el «estándar» tipo de cada una de estas razas, con, lo cual lograríamos mejorarlas muchísimo y al mismo tiempo que fueran conocidas por todo el mundo colombófilo.
Rafael Yuste | AR | 1976