LA MUDA EN LAS PALOMAS .- 2ª parte
MANTENIMIENTO DEL PLUMAJE
Para mantener la funcionalidad del plumaje, las aves realizan actividades de mantenimiento: se acicalan, se bañan y se untan las plumas con aceite procedente de la glándula uropigial. La glándula uropigial es una glándula bilobulada situada en la base de la cola. No está presente en todas las aves, ya que hay algunas especies de columbiformes y de loros que no la poseen. Esta glándula produce una secreción aceitosa que es esparcida por todo el plumaje mediante el acicalamiento y sirve como repelente del agua. Uno de los componentes de esta secreción es un precursor de la vitamina D3 que es extendido sobre las plumas. Tras ser expuesto a la luz ultravioleta (rayos del Sol) se transforma en vitamina D3 y es ingerida por el ave al acicalarse. De ahí la importancia de que las palomas puedan tomar el Sol directo al menos 30 minutos al día durante el período de la muda. Hay especies de aves que se bañan con arena, toman el Sol y algunas cazan hormigas con el pico y las restriegan contra su plumaje. Estas tres actividades, que antes se pensaba que servían para controlar insectos ectoparásitos, parece más bien estar dirigidas a controlar las bacterias que recubren el plumaje y que terminan estropeándolo: al bañarse en arena o tomar el Sol resecan y recalientan el plumaje con los siguientes efectos bactericidas; y al restregar los pájaros hormigas contra su cuerpo consiguen que éstas segreguen sustancias antibióticas. Los pigmentos de las plumas pueden servir para proteger el plumaje: las melaninas prestan resistencia a las plumas frente al desgaste, posiblemente por esto las superficies más vulnerables a la abrasión son más oscuras, como las puntas de las plumas de la cola (timoneras), el borde craneal y las puntas de las plumas de vuelo (remeras). La mayor resistencia de la melanina a los agentes degradantes de las bacterias puede ser la razón por la que los pájaros de zonas cálidas y húmedas, donde las bacterias son más activas, tienden a estar muy pigmentados. Pese a todo lo anterior el plumaje acaba estropeándose, por lo que es necesario renovarlo en un proceso que se denomina muda.
CONTROL DE LA MUDA
El control de la muda es extremadamente complejo y solo parcialmente
comprendido. El comienzo de la renovación del plumaje está determinado por cambios hormonales, fotoperíodo, nutrición y el estado del folículo. La
influencia hormonal sobre la muda varía de una especie a otra. Las hormonas
tiroideas (tiroxina) han sido siempre consideradas las más importantes, pero
hay otras que también deciden sobre el curso de la muda como son las hormonas sexuales (progesterona, estrógenos). La longitud creciente del día
estimula la muda y el hambre o la presencia de enfermedades pueden hacerla
más lenta o incluso pararla. Durante la muda las aves sufren intensos cambios en el funcionamiento de su organismo: aumento de la producción de queratina en la piel, incremento en el metabolismo de los aminoácidos, incremento en la actividad cardiovascular para suministrar sangre a las plumas que están creciendo, aumento en las necesidades de hierro para producir más sangre e incremento en las necesidades de calcio y otros minerales.
MUDA EN PALOMAS
La muda en las palomas, también conocida como pelecha, se produce
fundamentalmente en los meses de calor. Comienza en Mayo y se alarga hasta Noviembre, incluso Diciembre en algunos casos. Todos los ejemplares no empiezan a pelechar a la vez. Así tenemos que los que se mantienen en competición, es decir, los que realizan un esfuerzo físico comienzan a mudar más tarde que los que permanecen en reposo, aunque la alimentación y las condiciones climáticas sean las mismas. En las palomas adultas la muda comienza por la caída de las remeras primarias. Las primeras seis remeras primarias caen a intervalos de tres semanas; a partir de aquí la muda se extiende a las plumas cobertoras, comenzando por las plumillas que se encuentran en el nacimiento del pico. Las remeras secundarias tienen un régimen especial. La paloma puede mudar sólo 1, 2, 3 ó incluso todas las secundarias cada año. La nueva pluma sale un poco más ancha, un poco más corta (1 ó 2 mm) y su extremidad es un poco más redondeada. Las doce timoneras se renuevan cada año. Caen por pares de tal manera que el plano inclinado que forman durante el vuelo se mantiene lo más perfecto posible. La muda de las remeras secundarias y timoneras se completa dentro del lapso de tiempo requerido para la muda de las primarias. En los pichones la muda será total o parcial dependiendo de la época de su nacimiento. Los que abandonan sus nidos en el mes de marzo efectúan una muda total a partir del mes siguiente. Por el contrario, los tardíos, es decir, los nacidos en agosto o en septiembre efectúan una muda parcial, debido a que el frío del invierno corta el proceso fisiológico normal. En la primavera siguiente la muda se reanudará. Cuando un pichón tiene la edad de unas seis semanas empieza la muda: a esta edad cambian su primera pluma primaria y después, aproximadamente cada 20 días, la siguiente en un proceso que dura unos siete meses; siempre de dentro hacia fuera. Cuando la nueva pluma tiene ya un 75% de su longitud tira la siguiente. Cuando quedan pocas primarias por cambiar empieza la gran muda. No siempre los pichones cambian todas las plumas secundarias, sin embargo, siempre cambian todas las primarias. Tanto jóvenes como adultos cambian el plumón durante todo el año. La caída del plumón aumenta cuando la salud del ave también aumenta o está en plena forma. Cuando la muda se hace de forma rápida indica que la salud y el manejo del palomar son adecuados.
CRECIMIENTO DE LAS PLUMAS
Durante el tiempo que dura la muda las plumas crecen de forma continuada pero, debido a cambios metabólicos, el fragmento de pluma que crece durante el día es de color oscuro, mientras que el que crece durante la noche es de color claro. Esto provoca que las plumas presenten unas líneas claras y oscuras de uno a tres milímetros, que se van alternando, denominadas barras de crecimiento. Donde mejor puede observar estas barras el colombicultor es en las plumas timoneras de color claro. Además debe colocar una luz potente detrás de la pluma. Que una barra de crecimiento sea más o menos ancha viene determinado por la condición fisiológica en que se encuentre el ave, su estado de salud y la cantidad de recursos a los que tenga acceso en el momento de fabricar el plumaje. Por tanto, la anchura de estas barras puede ser una buena medida de la condición física y nutricional del ave, en nuestro caso de la paloma. Experimentos científicos han demostrado que los períodos con estrés nutricional, es decir, momentos en los que las aves no disponían de ingredientes para fabricar las plumas se traducían en una reducción de la anchura de las barras de crecimiento. La velocidad de crecimiento de las plumas depende de la especie y del tipo de pluma. Por ejemplo, en el halcón peregrino las plumas de la cola crecen 0,2 milímetros por hora. En general existe una relación directa entre la velocidad de crecimiento y la longitud de la pluma: cuanto más larga es la pluma más deprisa crece. A pesar de no ser las más largas son las plumas de la cola (timoneras) las más rápidas en crecer.
¿Crece la pluma a la misma velocidad de día que de noche? Existen científicos que apoyan esta teoría mientras otros sostienen que la velocidad es distinta en un momento que en otro. Además influye si es un ave de hábitos nocturnos o diurnos. Ha habido cierta discusión sobre si la caída de una pluma vieja que ha finalizado su vida útil estimula el crecimiento de una nueva, o si por el contrario es el crecimiento de una nueva en la base del folículo lo que provoca la caída de la vieja. Al parecer esto último es lo verdadero. Aunque también es cierto que la caída de una pluma por accidente o arrancada de forma voluntaria por el propietario provoca en el plazo de 4-6 semanas su sustitución por otra nueva.
Enrique Moreno Ortega .- (Veterinario especialista en aves)