La muda en las palomas .- 1ª parte

LA MUDA EN LAS PALOMAS .- 1ª parte
La característica que diferencia a las aves con respecto al resto del mundo animal no es la capacidad de vuelo, ya que hay varias especies de aves que no pueden volar (ej: la avestruz y el pingüino); y, sin embargo, hay mamíferos que sí pueden volar, como el murciélago. Lo que realmente distingue a las aves son las plumas.

FUNCIONES DEL PLUMAJE
La pluma consigue un perfecto aislamiento, manteniendo una gran flexibilidad y un mínimo peso, lo que facilita el vuelo. El plumaje también protege a las aves de la radiación solar y del agua. Además existen otras funciones: regula la flotabilidad (patos y ocas), produce sonido (chotacabras y agachadizas), transporta agua (gangas), aumenta la audición (algunas rapaces nocturnas), da soporte mecánico (las colas de los picos y los agateadores) y aumenta la sensibilidad táctil (kiwis). El plumaje también sirve para: indicar la calidad del individuo con el fin de atraer a posibles parejas, defender el territorio, esconderse de depredadores y material para construir el nido.

 

COMPOSICIÓN DE LA PLUMA
Las plumas son estructuras inertes formadas principalmente por proteínas, exactamente por queratina, uno de los materiales biológicos más duraderos y con gran resistencia a las bacterias, a las enzimas y al agua. La queratina también podemos encontrarla en el pelo, los cuernos y las uñas.
Las plumas están formadas en un 95% por proteínas. Si sumamos las proteínas contenidas en todas las plumas éstas alcanzan hasta el 20-30% del total de proteínas contenidas en el cuerpo del ave. Esto significa que cuando una paloma muda su plumaje va a necesitar una dieta rica en proteínas para fabricar todas las plumas que está cambiando. Las proteínas están formadas por aminoácidos, siendo los aminoácidos ricos en azufre, como la metionina y la lisina, los más necesitados para fabricar las plumas. Su déficit en la dieta puede producir marcas de estrés sobre las plumas, mientras que el exceso puede originar un plumaje débil. Además de proteínas las plumas también contienen minerales como el calcio. Las palomas deben tener, por tanto, todo el año acceso a una fuente de minerales: grit, conchilla de ostra, arcilla, etc. Para que el calcio lo puedan asimilar, y no se elimine en las heces, deben disponer de vitamina D3, la vitamina del Sol. Se le llama así porque si las aves tienen acceso a los rayos de Sol directos, es decir, sin filtrar a través de cristales, la pueden fabricar sin necesidad de que nosotros se la administremos. Además de proteínas y minerales las palomas que están mudando necesitan otras sustancias (vitaminas, ácidos grasos, etc.) necesarias para fabricar plumas de calidad. El déficit de estas sustancias provocará una muda lenta o defectuosa.

 

DESCRIPCIÓN DE LA PLUMA
Cada pluma crece de una pequeña estructura en la piel llamada folículo.
Varias glándulas son encontradas dentro de cada folículo y cada una produce sustancias esenciales para el crecimiento de la pluma. Los vasos sanguíneos suministran a los folículos los nutrientes necesarios. También acceden nervios, lo que permite que la base de la pluma tenga sensibilidad: arrancar una pluma es una de las cosas más dolorosas que se le puede hacer a un ave.

La pluma consta de tres partes:
Raquis: es el eje central de la pluma; proporciona rigidez y flexibilidad. Cálamo o cañón: es la parte inferior del raquis, es hueco y la mayor parte de él está bajo la piel.

Vexilo: es la estructura aplanada que aparece a ambos lados del raquis. Está compuesto por las barbas, que a su vez se dividen en bárbulas. Estas bárbulas tienen unos ganchos cuya misión es mantener a las barbas unidas.

 

En las palomas podemos encontrar varios tipos de plumas, pero las más importantes son: plumón, plumas cobertoras y plumas de vuelo. El plumón está adosado a la piel y sirve de aislante térmico. Las plumas cobertoras, también llamadas tectrices, cubren todo el cuerpo (cabeza, cuello, alas, patas, etc), son normalmente pequeñas y no intervienen directamente en el vuelo. Las plumas de vuelo se dividen en plumas de cola (rectrices o timoneras) y plumas de alas (rémiges o remeras). Estas últimas se dividen en primarias (10) y secundarias (10). Las plumas primarias van del centro del ala hacia el exterior, y las plumas secundarias van del centro hacia el interior.

AGRESIONES AL PLUMAJE
El plumaje de las aves está sometido a distintos tipos de agresiones que terminan dañando las plumas:
El roce contra la vegetación o las paredes rugosas de las jaulas de las palomas.
La excesiva exposición a la luz del Sol, y en especial la luz ultravioleta, altera la estructura física de la queratina y los pigmentos.
Los ectoparásitos (ácaros y piojos) devoran las plumas.
Existen hongos y bacterias cuyo crecimiento sobre las plumas terminan por dañarlas.
La interacción con otros individuos de la misma especie o con depredadores. Durante la realización de las sueltas las plumas de los palomos sufren un desgaste como consecuencia del enfrentamiento entre ellos.

 

Picaje: Ciertos palomos son propensos a picarse las plumas del buche, llegando en algunos casos a producirse heridas en la piel e incluso a perforar la pared del buche. Administración de fármacos. Durante el crecimiento de las plumas no se deben administrar ciertos medicamentos a las palomas ya que existe una alta posibilidad de que esas plumas que aún no están completas sean eliminadas o marcadas. Especialmente peligrosos para la pluma son los fármacos usados para desparasitar contra lombrices redondas (vermicidas), debiendo ser usados antes de comenzar la pelecha o una vez que ésta ha terminado. Las plumas que han sido expulsadas volverán a nacer pero las que han quedado dañadas con marcas permanecerán así hasta la próxima muda. Estas marcas se denominan marcas o líneas de estrés (ver foto) y no solamente aparecen por la administración de medicamentos. Temperaturas extremas, ausencia de agua o comida, traumatismos, dieta pobre, enfermedades…son otras posibles causas de su aparición.

El colombicultor observará una banda estrecha (menos de 2 mm) y transparente en plumas de apariencia normal. Estas bandas son perpendiculares al eje de la pluma. Esta transparencia que aprecia el aficionado se corresponde exactamente a un menor depósito de proteínas durante la fabricación de la pluma, haciéndola más débil en ese punto y aumentando considerablemente la posibilidad de su rotura.

Enrique Moreno Ortega .- (Veterinario especialista en aves)

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