*- Hemeroteca 1949
Palomas Buchonas
– Juego de las palomas de vuelo
[Buchona Gorguera, se caracteriza por su cabeza acarnerada y buche elegante. Como todas las buchonas de grandes aptitudes para el vuelo, se utilizan para perseguir a las palomas de sexo contrario y conducirlas a su palomar, por lo que impropiamente se las llama ladronas.]
Entre los aficionados a los deportes colombófilos existe un juego que tiene muchos miles de adeptos en nuestro país, utilizando para ello las llamadas palomas buchonas Valencia y Andalucía son las regiones que más se han especializado en él, aunque hoy día ha decaído bastante la práctica de la suelta de machos contra hembras, que antiguamente tanto apasionaba a sus partidarios.
Contrariamente al juego de las palomas de vuelo, las sueltas de buchonas se hacen con muy contados ejemplares de cada sexo y siempre en número impar, generalmente cinco. Pasando de este número, los animales se trabajan unos a otros, se descomponen en su gallardo y curioso vuelo y convierten el espectáculo en una carrera desenfrenada, sin Interés alguno para los aficionados, que encuentran una singular distracción en la forma especial de volar de cada raza. Al referirnos al juego de buchonas no incluimos las de raza extranjera, que sólo cultivan tipos de lujo o de gran fantasía, pues debido a su estructura fisiológica vuelan con mucha dificultad, no alejándose nunca del palomar. Es Inexplicable e incomprensible cómo las disposiciones oficiales que reglamentan la tenencia y vuelo de las buchonas, no establezcan diferencias entre estas, salvo el empleo del vocablo de laudinas, palabra que no figura en el diccionario y que nada significa.
Si quien dictó esas disposiciones hubiese tenido más perfecto conocimiento de las razas de palomas o al menos se hubiese asesorado de personas capacitadas, en vez de comprender en la disposición a las buchonas genéricamente, se habría apresurado a especificar que la reglamentación se refería exclusivamente a las razas españolas gorgueras, rafeñas, murcianos y valencianos en sus cruces.
Tampoco se Incluyen en la clasificación el jerezano y el coliteja, el más elegante de nuestros buchones españoles, pues aunque se prestan al doble juego de machos contra hembras, su corto radio de vuelo no les hace aptos para el uso a que suelen dedicarse las otras buchonas mencionadas.
Las gorgueras típicas, como las rafeñas puras, revisten características muy definidas. Las primeras por su cabeza acarnerada, pico curvo, carúnculas nasales desarrolladas y buche elegante. Las segundas, por su cabeza exageradamente convexa, pico cortísimo y curvo que les da un gran parecido a las aves rapases, carúnculas nasales colocadas oblicuamente a ambos lados del nacimiento de la frente; ésta es bastante abombada. En virtud de sus menores aptitudes para dicho uso, así como por las dificultades de la cría, debido al cortísimo pico de las rafeñas y la necesidad de emplear nodrizas para sus pichones, van disminuyendo considerablemente los criadores de las dos razas mencionadas, que acabarán por desaparecer con el tiempo. Por otra parte, los aficionados al cultivo de buchonas, rehúyen la cesión de ejemplares sobresalientes y hasta de algunos vulgares. Como consecuencia de ello se practica una consanguinidad que conduce a la degeneración de las mismas. Igual ocurre con los criadores de colitejas, entre los que no existe unanimidad de criterio para el tipo, tanto en el vuelo como en la estación de pie. Unos prefieren la paloma ancha y grande; otros buscan tipos opuestos. Los hay que exigen la cola más abierta al volar, mientras otros consideran un grave defecto que el pájaro (así las llaman los andaluces o bien palomo fino), derrame la cola.
Andalucía tienen un vocabulario especial para designar los colores, que difícilmente pueden entenderlo los restantes aficionados españoles si no están bien impuestos en la fraseología de aquellos así, al color negro y brillante, llamanle cuervo; al blanco puro. jazmín; a los rodados oscuros, prietos; a los azules ligeramente rodados, azul plumilla; a los de color tierra jollina o mara-color; etcétera. La buena coliteja debe responder a los caracteres generales siguientes, pico fino y de tamaño mediano, carúnculas más bien pequeñas; cabeza abombada por la frente : ojo vivo, que admite lodos los colores corrientes, en relación con la capa del plumaje preferentemente el iris rojo y el rojo anaranjado. El buche ha de ser enorme comparado con la talla del animal y en forma de globo, aunque no completamente esférico, de modo que ocupe todo el frente de la paloma y llegue hasta el abdomen, a esta parte del cuerpo los andaluces denominan delantero. La espalda ancha y algo curva por efecto de la postura que adoptan los individuos de ambos sexos en celo, cuando arrulla el macho a la hembra. En estos momentos inflan el buche en forma desmesurada y caminan uno tras el otro al tiempo que erizan las plumas da la rabadilla (albardilla). Separan las alas de los costados, aumentando asi el volumen y redondean su figura por la colocación especial de la cola en forma de teja.
Esta es arrastrada por el suelo y apretada con fuerza hacia adelanto, hasta casi desaparecer debajo del cuerpo y alas, lo que les produce con frecuencia la rotura de la mitad extrema de cada pluma de la cola. Al volar empujan la cola por debajo del cuerpo, lo que unido al erizamiento de las plumas de la albardilla y la inmensa inflación del buche les dá el aspecto de verdaderas bolas en el aire. La forma de teja de la cola y su inflación, constituye el rasgo esencial de la raza. Todas las buchonas son palomas de esófago modificado, cualidad que les permite inflar el buche de aire adquiriendo una figura arrogante y majestuosa, que sirve de atracción a las palomas de sexo opuesto.
*- Cesar Martínez / Extracto de art. Gaceta de Granja, 10/1949