LA SELECCIÓN EN LA RAZA
Trataré de llevar al ánimo de todos los colombicultores los puntos de estudio de esta materia, que a buen seguro, le serán de gran utilidad en cuanto a captación y selección de sus mejores ejemplares. Es frecuente que algunos colombicultores adquieran palomos de una casta o variedad determinada para la cría, prometiéndoselas muy felices en cuanto al éxito en la obtención de ejemplares perfectos para el vuelo. Después, al volar los primeros machos, ponen el grito en el cielo en su fuero interno, considerando que los procreadores no tienen buena casta, al comprobar que éstos no han salido tan buenos como los padres, y hasta dejan de parecérseles en las partes más esenciales. De tener una preparación zootécnica, limarían estas asperezas tan generalizadas en nuestra colombicultura, y las crías transcurrirían por diferente cauce, se conservarían, e incluso se mejorarían estas ramas de palomas, adoptadas como base o plantel de sus palomares.
Por tanto, considero preciso tener conocimientos elementales para poder tener éxito en nuestra apasionada afición. Ante todo hemos de distinguir entre el individuo, la raza y la variedad para elegir los reproductores y mejorar la raza; por último no debemos olvidar los efectos de la herencia, el atavismo, el sexo y edad de los reproductores sobre los descendientes Con el conocimiento de las leyes naturales que rigen en cuanto a reproducción, se hallará la explicación a las variantes o modificaciones temperamentales de los descendientes con relación a los ascendientes. Para conservar un tipo de palomas, tenemos que recurrir forzosamente a la consanguinidad, aplicando las reglas que dictan esta escuela, que tiene entre sus partidarios a eminentes científicos en todo el mundo.
Definiremos al individuo, como el que posee características propias, tanto morfológicas (las que se aprecian al exterior), como fisiológicas (que afectan a la vida u organismo interno, por tanto invisibles). La formación del individuo, fue llamada por Hoeckel ONTOGENESIS, y ésta varía para cada individuo, y guarda relación con el vigor genital de los padres, de su edad, del estado del germen fecundado, la alimentación de los padres y la que se da a los hijos. Estos puntos conviene tenerlos muy en cuenta, ya que son la explicación de casos que se califican de anómalos. Es la raza el conjunto de individuos semejantes y pertenecientes a la misma especie, que transmiten a su descendencia los caracteres de una variedad. La variedad se distingue de la raza en que es el conjunto de individuos que se distinguen de sus congéneres por uno o más caracteres conocidos, por tanto es mutable y precede a la raza. Es obvio pensar que la selección se hace entre lo bueno lo mejor, y en la imposibilidad, lo bueno entre lo regular.
No cabe seleccionar entre lo malo, ya que sólo conseguiríamos separar lo menos malo. Si difícil es seleccionar bien, más difícil es mejorar o perfeccionar la raza. Especialmente la perfección es tanto, que consideramos al palomo perfecto como un fenómeno, y es raro que se dé. La herencia es la recepción de los caracteres de los padres, esto es, la transmisión por vía directa. Por tanto, los hijos se parecen a los padres. No ocurre siempre igual, ya que el atavismo triunfa a veces. El atavismo es la transmisión por vía indirecta, o sea, la recepción de los caracteres de los abuelos o colaterales; esto es, cualidades o defectos que no tienen los padres. Puede decirse que es un salto atrás, o interrupción de la herencia; esto da lugar a las dudas que tienen muchos colombicultores en cuanto a la pureza de la raza, pues de parejas buenas y vigorosas nacen hijos malos. Este punto es sumamente importante y de difícil solución, pues frecuentemente se nos presentan ejemplos que debemos estudiar, ya que la herencia y el atavismo son dos fuerzas ligadas entre sí e inseparables, por ello, a todo colombicultor experimentado no le basta con criar y probar un par de pichones de una pareja determinada, para calificarla de buena o mala, precisan varias crías, y ellas hacer la selección.
En nuestros palomos existe una tendencia bastante generalizada, la alternación de sexos de los pichones. En efecto, a un huevo con germen de macho le sucede otro que lo lleva de hembra, y el color de ellos en casos de semejanza con los padres, su sexo es invertido. La herencia y el atavismo tienen diferentes manifestaciones que las definiremos en orden de cualidades.
HERENCIA DOMINANTE: Es la que manifiesta en los hijos o nietas machos, o bien en las hembras indistintamente, los caracteres del padre o de la madre.
HERENCIA BILATERAL: Es la que transmite a la descendencia los caracteres de ambos progenitores, ésta puede manifestarse en tres formas, a saber:
HERENCIA BILATERAL DIRECTA: La que transmite a los machos los caracteres del padre, y a las hembras los de la madre.
HERENCIA BILATERAL CRUZADA: La que transmite a las hembras los caracteres del padre, y a los machos los de la madre.
HERENCIA BILATERAL IGUAL: Es la que manifiesta indistintamente en los machos y hembras, los caracteres del padre y de la madre.
HERENCIA ATAVICA DIRECTA: Es la consumación del atavismo, por el cual se reproducen indistintamente en los nietos, cualidades o defectos de los abuelos.
HERENCIA ATAVICA COLATERAL: Es la que manifiesta indistintamente en las crías, las virtudes o defectos de los tíos o tío-abuelos.
HERENCIA ATAVICA CRUZADA: Es la manifestación en los nietos machos, cualidades o defectos de la abuela o tías, y en las hembras, los del abuelo o tíos. Las manifestaciones atávicas son bien visibles y se pueden observar en la especie humana.
Podemos decir también de la existencia de la HERENCIA POR INFLUENCIA; éste es un hecho inexplicable que también se registra en la especie humana. Son muchos los fisiológicos que admiten este hecho, como causa de la influencia mental en el acto de la fecundación; esto es una incógnita, por lo que la considero inadmisible en nuestros palomos.
HERENCIA HOMOCROMA: Es la que transmite cualidades o defectos morfológicos o fisiológicos, no desde su nacimiento, sino en períodos posteriores, como el caso de aparecer enfermedades al cabo de cierto tiempo, al igual que los padres las adquirieron en esa edad y murieron. Dase también el caso de palomas que siendo de pigmentación oscura al nacer, en la muda, le aparecieron plumas blancas, al igual que a los padres.
Antonio Ortuño Navarro