Proceso primera etapa.
Recuerdo que hace años se perdían los palomos al volarlos, quizás por falta de experiencia o a pesar de las medidas tomadas, por impaciencia. Había quien los tenía incluso hasta poner huevos y calentarles, o sacarle pichones, quitarles plumas del ala y esperar a que las mudaran, e incluso encintar un ala. Y cuál era la sorpresa!!? , que en su mayoría solían volver a su palomar de origen o nacimiento. Hoy día ocurre todo lo contrario, hay palomos que se vuelan en el mismo día, y como comprenderemos los que gustamos de estas prácticas en estos casos nos demuestra la falta de instinto y valor para la suelta y hembreo. Por consiguiente lo mejor es criar nuestros propios competidores a partir de nuestra selección o siempre volarlos de pichón sin que hayan volado en otro palomar. Cada año comenzamos con ilusión la cría de nuestros nuevos y prometedores palomos para luego una vez preparados ponerlos en suelta, donde compiten con otros en su modalidad. No por haberlos obtenido de nuestros más valiosos ejemplares y destacados en la suelta, debemos pensar que ya nos van a salir buenos, a pesar de su herencia genética. Una cosa fundamental es siempre darles su tiempo y sitio, donde ellos nos puedan demostrar su valía, ya que a veces por impaciencia procedemos equivocadamente y luego nos arrepentimos de no haber sido fieles a nuestros propios criterios.
Como ya hemos escuchado o leído a través de la información o experiencia de quienes nos enseñan y aprendemos, sabemos que ponerlos en edades tempranas es mandarlos al cazadero, y que cuando más asentado esté mejor, a si que sobre todo entre los 8/10 meses y el año después de la primera muda, sería un buen momento para probarlos. Pero dejando este tema aparte que ya lo hablaremos en otro momento, el cometido de este escrito es sobre los posibles vicios que pueden adquirir durante este tiempo que va desde que los empezamos a volar hasta que los vamos a adaptar al cajón individual para su preparación. Estos vicios, en algunos casos pueden ser que se adquieran a veces por mala experiencia de su criador o querencia inadecuada de los propios palomos a lugares indeseados por su preparador. A la hora de preparar nuestros nuevos competidores hablando de palomos de trabajo, tendremos en cuenta una serie de normas a seguir con respecto a intentar que no cojan esos vicios en esta primera fase que luego cuestan corregir para nuestras prácticas. Bajo mi experiencia he podido comprobar que nunca debemos volar nuestros nuevos palomos junto a ejemplares que estén puesto en suelta (al menos en esta primera fase), e incluso con collera criando (algo incompatible con lo otro). Podrían ser acosados, perseguidos y expulsados del territorio del palomar, de tal manera que buscarían sitios (bajos de ventanas, antenas..etc) donde refugiarse del acoso, y sería un futuro vicio adquirido.
Por lo tanto los nuevos habría que volarlos siempre hermanados, o en grupos de edades parecidas y dándoles su vuelo por la mañana o por la tarde ya al caer. Para mi gusto siempre he preferido mejor la tarde, de manera que al soltarlos tengan ganas de volar, ejerciten su buen tiempo de vuelo y al regresar solo tengan el deseo de comer para reponer las energías gastadas y meterse en su cajón para dormir. Durante el día cuanto más tiempo los tengamos sueltos, y una vez que hayan volado, se limitaran a buscar sitio donde descansar y probablemente cada vez sean más reacios a entrar en su cajón cuando a lo mejor es el momento que lo deseamos (recogerlos). En este punto puedo decir y seguro que alguna vez lo habréis comprobado que al estar todo el día sueltos han buscado sitios alejados, y solo los veis cuando vuelven a comer, e incluso en ocasiones faltan a dormir en su palomar. Este mal proceder por el criador puede motivar la falta de apego al cajón y que el palomo se dedique a buscar apostaderos lejanos que en un futuro podría ser un nuevo vicio. Por lo tanto aconsejo volarlos el tiempo que ellos necesiten (ellos lo marcan) nada de escobazos y espantarlos para forzarlos a volar. Luego al cajón con su correspondiente ración (sin sobrealimentarlos) de comida y agua limpia. Lo más importante en esta fase es que se desarrollen bien en su esqueleto/musculatura, y conocimiento de la zona de vuelo tanto en radio como en techo. Con este entrenamiento poco a poco observaremos como cada vez sus ganas de volar van en aumento, y su radio de vuelo mejora cada día. Si volamos en grupo y vemos que alguno no vuela como el resto, o los recorta por algún motivo físico que podamos observar, debemos quitarlo y en el caso de defecto físico apreciado no seguir con él en el palomar y descartarlo.
Después de estar haciendo esto durante una semana día a día, observaremos que su desarrollo en vuelo va en evolución. A partir de ese momento los suelo volar cada dos y luego tres días, siempre por la tarde de la misma manera que al inicio para que no cojan vicios, y tan solo sea el ejercicio de volar, como hemos dicho vuelo, cajón y comida. Cuando le voy viendo inicio de dominico y principio de celo los separo y meto en sus encerraderos independientes para que vayan adaptándose a la vida individual y defensa de su territorio. En estos momentos observaremos como algunos tienen conducta distinta a otros, rehúyen al trato y son más o menos ariscos, demostrando carácter. Con este proceder desde que empiezan a volar hasta este último punto de la fase en el futuro competidor, habremos obtenido un ejemplar sin vicios en su primera etapa hasta que comencemos su entrenamiento individual en el cajón que le tengamos destinado. Como verán el palomo solo a entrenado como le hemos impuesto, vuelo, cajón y comida. Obteniendo un animal con un desarrollo atlético, buen radio/techo de vuelo y en lo posible bajo nuestra intención sin vicios. Sobre esa segunda etapa hablaré en otro artículo desde mi experiencia, que no debe ser la mejor, pero si para mí, desde mi exigencia y dedicación a lo largo del tiempo en estas prácticas.
Un saludo palomeros. Luis Nano PStMa2014
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