La Mariola genuinamente portuguesa

Las Palomas «Mariolas»

De las que me propongo tratar en este artículo, son de raza muy poco conocida, pues aún no se ha hecho mención de ellas en ningún tratado de palomas escrito en el extranjero, pero es, sin embargo, una de las más bellas razas de palomas de lujo o de fantasía. Es quizá la única raza que se puede considerar como genuinamente portuguesa. Según J. J. Cyrillo Junior, en su libro «Colúmbidos», la raza es tan antigua pue puede considerarse ya conocida desde el tiempo de los moros. Según el distinguido amateur José Pereira Cumba y Silva, de Oporto, las palomas Mariolas deben ser originarias de África, pues de allá se trajeron a Lisboa y después a Oporto, donde se aclimataron fácilmente; pero el ingeniero don Rodrigo Guerra Álvarez Cabral, que trató de investigar sobre esta raza en Tánger, Ceuta y otras localidades de Marruecos, dice que no halló de las Mariolas ningún vestigio. Por los años de 1870, un grupo de aficionados ingleses venidos a Portugal, se nos llevaron las mejores palomas de esta raza que pudieron encontrar y desde luego una gran parte de nuestros mejores ejemplares que en aquella época existían. Según consta, fueron adquiridos a elevado precio, habiendo sido su exportador el llamado Alfredo Tait, pero no se tiene noticia de si pudieron ser conservados en Inglaterra, ni sabemos, por lo tanto, si en Inglaterra tienen hoy en día esta raza de palomas.

 

En las Exposiciones celebradas en estos últimos años en Lisboa y en Oporto, hemos visto muy buenos ejemplares, lo cual nos induce a creer que hay verdadero interés en conservar y en perfeccionar esta raza, cosa que no deja de ofrecer dificultades si se atiende a la facilidad con que las Mariolas degeneran. La Mariola es paloma de gran corpulencia, de formas bastante cortas y de pecho ancho, siendo una de las razas domésticas de mayor peso, pero sin tener’ semejanza ni con la paloma «romana», de los franceses, ni con la «runter», de los ingleses. A pesar de su volumen, es paloma elegante y de movimientos graciosos. Cuando alcanza la edad de dos años, su peso llega fácilmente a los 700 u 800 gramos. Los machos suelen medir 39 centímetros desde el pico a la extremidad de la cola, y las hembras 37. La cabeza es grande y deprimida en el occipucio, como en las palomas «polonesas», a las que se parecen en el cuello, que es también bastante corto. Los ojos son anaranjados y están rodeados de gruesos círculos de un color rojo vinoso, salientes y negros cuando el ave es vieja de cinco años. El pico es muy corto, y sobre el mismo se asientan gruesas membranas o carúnculas; en la mandíbula inferior lleva como una barbilla carnuda y bien cubierta de plumas. Cuanto más corto es el pico, más mérito tiene la Mariola, pues se la tiene como ‘de raza más pura, y lo mismo ocurre con la barbilla, mejor cuanto más desarrollada se presenta. Las alas son pequeñas en relación con el volumen del cuerpo y se cruzan bien sobre la cola sin llegar a cubrirla. Las piernas son cortas y desprovistas de plumas en los tarsos, siendo, como los círculos de los ojos, de un color rojo vinoso. El cuerpo en su posición normal se mantiene horizontalmente, o sea perpendicular a los tarsos. La paloma Mariola es de porte noble y majestuoso; su plumaje es abundante y fino con reflejos metálicos en el pecho y cuello, principalmente en los individuos de color negro o rojo. La raza tiene variedades negra, roja, baya, azul, blanca y mosqueada o con pintas blancas sobre cualquiera de dichas coloraciones. Las variedades más corrientes son la negra y la roja, y la más rara la blanca.

 

A pesar de ser raza ‘bastante prolífica, cría a los palominos con mucha dificultad, por efecto de la cortedad del pico, lo cual no permite que los alimenten debidamente, y así se explica que mueran muchos palominos. Por efecto de su gran peso, también se pierden muchos huevos, que el ave aplasta al entrar en el nido o al salir del mismo. Debido a estas circunstancias, los huevos de Mariolas se suelen dar a incubar a palomas de otras razas, a las que bien puede llamárseles palomas nodrizas. Se consideran defectuosas las Mariolas que tienen el pico largo y fino, las negras con pico negro, las que tienen plumas en los tarsos, las que arrastran las alas por el suelo y aquellas a las que les falte la barbilla. La mejor época de criar Mariolas es de febrero a julio; éstas empiezan a anidar a los 18 meses y siguen dando buenas crías hasta los seis años. Las Mariolas no deben criarse en consanguinidad, esto es, no deben unirse próximos parientes, pues suelen nacer aves defectuosas o, mal caracterizadas. Estas palomas generalmente se pagan caras en Portugal, y en recientes exposiciones se han pagado a precios muy elevados. Es sensible que, siendo una raza tan hermosa y con características propias suficientes para para ocupar uno de los primeros lugares entre sus congéneres muchos de nuestros aficionados a palomas no le concedan la importancia que merece y se dediquen de preferencia a la crianza de razas extranjeras, Esto se debe a que nuestras Mariolas habían llegado casi a desaparecer o a extinguirse, lo cual se ha evitado gracias al esfuerzo de media docena de aficionados, entre los cuales merecen especialísima mención los señores Leopoldo Lopes, Rodrigo Guerra, Álvarez Cabral, José Casimiro Diniz, Juan Marqués de Silva y José Manuel Pinto (Sacaven), a quien pertenece el ejemplar que obtuvo el Premio de Honor en la última Exposición Nacional de Avicultura celebrada en Lisboa en Mayo de 1926. 

JOSÉ DE SOUZA GAMES. / MA.1927

Deja un comentario

Seguir

Únete a nuestros seguidores